Ética Perlética, Palam Palambética


Aún lo recuerdo. Ese es uno de los pocos oasis de memoria que guardo de cuando era niño. Fue en tercer grado de primaria, en la clase de lenguaje. La profesora, la mejor que he tenido en mi vida escolar, nos hizo leer un trabalenguas. Su título era "Se me lengua la traba con la cabra". Comenzaba diciendo: "Una cabra ética perlética palam palambética...". Me gustó tanto ese trabalenguas que me dispuse a buscar en el diccionario ("mata-burros"), como era mi costumbre (una de las pocas rescatables) cada una de esas palabras, pensando que todas tenían un significado lógico. Grande fue mi sorpresa al descubrir que "perlética" no existía, que "palam palambética" no era una enfermedad, que eran palabras inventadas. Todas, menos una, "ética". Así fue como tuve mi primer interés en conocer sobre la ética. Mi diccionario "Bruño" decía: "Parte de la filosofía que trata de los fundamentos y normas de la conducta humana". Vaya, si que era interesante. Al día siguiente le pregunté a mi profesora de por qué los libros tenían palabras que no existen, y ella, con una sonrisa, me dijo que inventar palabras era legítimo, sobre todo para que las rimes en un trabalenguas. ¿Y la ética?- le cuestioné - Esa si existe, significa "Parte de la filosofía que...". Mi profesora esbozó nuevamente una sonrisa: "Que bueno, josuecito". "Filosofía" era una palabra muy complicada, así que me enrumbé en el viaje de la "ética". Ya pasaron muchos años, y hoy recordé con cariño esa ocasión, cuando todo en mi vida era el colegio, y no me preocupaba de nada más que yo. Ahora todo ha cambiado, ya nada es igual, todo es distinto.

Hoy vuelvo a hablar de la ética. Etimológicamente, según Luis Augusto Pachi Vastos, ésta palabra deriva de dos voces griegas: Ta ethika (la enseñanza de las costumbres) y To ethos (costumbre, aquello real que se sabe y conoce). Por estas raíces, la ética tambien es conocida como la "Filosofía de las costumbres", es decir, filosofía de los actos humanos y moral. La ética, como estudio científico-sistemático sobre la conducta humana, propone como inicio
la experiencia moral de cada persona. La reflexión sobre esta experiencia da lugar al hábito intelectual de la ciencia moral. La reflexión científico-sistemática correspondiente constituye la ética filosófica o filosofía moral. Pero, ¿Cómo se desarrolla la vida moral? La vida moral puede nacer y desarrollarse porque gracias a la razón práctica, de modo natural, la persona conoce el bien y el mal, y no solo los conoce, sino que se siente llamada a amar el primero y a evitar el segundo: el bien no es algo ante lo que se puede permanecer indiferente, sino que interpela y exige una respuesta personal. Esta función de la razón práctica es conocida con el nombre de "sindéresis" o "razón natural". La sindéresis es el origen del deber moral, que no es otra cosa que el bien (preceptuado por la razón). Lo que mueve al deber es el bien, que es lo primero en la intelección (acción de entender). No se puede decir, en cambio, que lo que mueve al bien es el deber. En consecuencia, todo el bien en su conjunto (alcanzar la perfección) es un deber para el hombre. No tendría sentido, por tanto, dividir la vida moral en dos niveles, el de lo debido (como un primer nivel obligatorio para todos) y el de lo perfecto (un nivel superior para los que “libremente” quieran aspirar a la perfección moral).
Para finalizar, ¿Qué es moral y qué es ética? Muchos autores consideran como sinónimos a estos términos. Sin embargo, en el ámbito de la filosofía se considera a la ética como una de sus partes principales. De ahí que podemos decir que una ética propuesta es el conjunto de normas sugeridas por un filósofo, o proveniente de la religión, en tanto que "moral" vendría a designar el grado de acatamiento que los individuos dispensan a las normas éticas imperantes en el grupo social. En un sentido práctico, ambos términos se hacen indistinguibles y por ello se los considera equivalentes. El matiz que las delimita está en la observación o aplicación práctica de la norma que entraña el mandato ético. Por ello, la norma ética siempre será teórica, en tanto que la moral o costumbre será su aplicación práctica. Por otro lado la moral se basa en los valores que la conciencia nos dicta, a su vez, basado en costumbres aprendidas, por lo tanto, la moral no es absoluta o universal, ya que su vigencia depende de las costumbres de una región, de la misma manera que la ética tampoco tiene una validez absoluta al ser ambas imperativos categóricos.

Entendiendo Mi Cultura


Desde muy pequeños se nos ha inculcado que nuestra cultura es muy rica, variadísima, inigualable, o como diría mi amigo Pepe, "ya no ya". Siempre escuché, con orgullo natural, que mis padres me decían: "Chile nos envidia porque no tiene nada más que la cueca, en cambio nosotros tenemos Machu Picchu, la marinera, el ceviche, el pisco, etc.". Si no es su caso, al menos es el mío. No sé si realmente causemos tanta envidia, como la que mis padres aseguraban, en nuestros vecinos del sur, pero de lo que si estoy seguro, es que esas enseñanzas han sido mi consuelo cuando me di cuenta que somos tan poco eficientes en otras cosas. Nadie es perfecto y nada es completo en este mundo a medias.

Pensando en esto, en mi cultura, trato de decidir qué conrriente de estudio puede definir tantas cosas en una sola, cuál de ellas puede abarcar todo un legado invaluable como es nuestra cultura. Analizando detenidamente cada alternativa, caigo en la certeza de que la Antropología puede explicar en su gran dimensión todo el aspecto de la cultura de mi país. Según esta corriente, cultura es "un conjunto de elementos de índole material o espiritual". Y esta primera idea es, desde mi punto de vista, muy profunda y correcta. En mi Perú, la cultura es tan grande que no puede tener solamente elementos palpables, concretos, sino también abstractos y espirituales. ¿Acaso el heroísmo de Tacna se puede tocar? ¿Será que la solidaridad es palpable? Al igual que ellos, nuestra cultura tiene tantas expresiones maravillosas que conforman un todo tan grande que es imposible que entre en la memoria de una persona; quizá quepa en la de una computadora.


Continuando el análisis del por qué de mi elección, la Antropología, mediante los escritos de Edward B. Taylor declara que "Cultura es todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte... y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre." Esta definición me parece aún más clara y exacta. Cultura es todo aquello que hace el hombre en su sociedad. En mi opinión, esto no puede ser más veraz. Están totalmente desfasados los conceptos que aseguraban equivocadamente que cultura es sólo aquello inteligente y culto. Creo que cada pueblo hace su propia cultura, y ésta reflejará hasta los más profundos pensamientos de dicha sociedad.

¿Qué mejor expresión de esfuerzo en unidad que Sacsayhuamán?, ¿qué expresión más deliciosa que el ceviche, más dulce que el arroz con leche y más mordaz que el picante a la tacneña?, ¿qué demostración más portentosa de imperio que el Señor de Sipán?, ¿qué se le puede comparar a la soberbia fiesta del Inti Raimy?, ¿en qué lugar del mundo encuentras más fervor religioso que en el recorrido del Señor de Los Milagros?, ¿cuánto pagarían los envidiosos por poner el nombre de su país encima del acta de nacimiento de César Vallejo, Jorge Basadre y Ricardo Palma?, ¿cuántos extranjeros no quisieran patentar nuestra marinera, nuestro landó o nuestra sabrosa música negra?, ¿cuántas horas podría seguir mencionando con preguntas nuestras riquezas materiales y espirituales?. Todas las respuestas a estas preguntas son obvias.

Tengo la certeza que la Antropología puede explicar de manera más detallada que las demás corrientes todo el vasto e inacabable raudal de expresiones humanas que es la cultura peruana. Una cultura que brilla con luz propia, una cultura que, con un pasado glorioso, nos compromete a forjar día a día el mañana del Perú.

THIS IS THE REAL ME (Este es el verdadero yo)


No es mi especialidad hablar de mí mismo, creo que es más fácil hablar de otros, ¿cierto?. Bueno, tomaré esto como una catarsis, al fin y al cabo, siempre hay que sacar lo mejor de cada cosa. "Mi vida no ha sido fácil", es una frase que escuchamos a diario, sobretodo en la voz de quienes han pasado una infancia dura, una adolescencia terrible y una adultez de horror. Como recién tengo 18 años, me siento incapaz de asegurar que he vivido una vida dura. Mas bien, creo que los dolores que haya tenido, son incomparables con las vidas de fulano y mengano. ¿Sufrimiento?, vaya que ellos sí han sufrido, mi vida a su lado es un edén. Y no es que quiera ufanarme de una vida acomodada que, de hecho, nunca tuve, pero espero tener, sino que mi alma se siente más agradecida con la vida cuando miro alrededor y entiendo que sufrir es más que un simple enojo por no haberte comprado la bicicleta nueva, o que te cambien de colegio, o que te digan "¡no!" cuando exiges el último Ipod.


El Verdadero Yo
¡Ánimo! ¡Arriba esa energía! Hay alguien en el mundo que no tiene lo que tú posees, una familia unida, unos padres que se aman, unos gatos cariñosos, una perra que mueve la cola cuando llegas, y un perro que lame tu mano cuando lo abrazas. ¿Te parece poco?, hay quienes darían el mundo por tenerlos, y yo daría el mundo por tener lo que ellos tienen, pero, ¿quién es completamente feliz aquí?... ¡nadie!. Esa es la verdad. Así que hasta que no inventen una pastilla para la felicidad, seguiré viviendo feliz de lo que tengo, sin atormentarme por lo que tú tienes, y agradecido de mostrar y cuidar lo que la vida me regaló.


Josué, la persona
Desde ese punto de vista, me considero una persona realista y sincera. Si me dicen "Vamos a trabajar", les digo que me da flojera, y es que, es la verdad. "¿Y que vas a hacer cuando tengas que mantener a tus hijos?", me preguntan, y con una mirada cómica les digo que cuando llegue ese día, me preocuparé. Un día a la vez, un problema por uno, un lío a la vez. Eso si, puedo ser muy flojo en algunos aspectos, pero hay otros en los que entrego alma y corazón para realizarlos. Exacto, obvio, en las cosas que me gustan y me apasionan, las demás, pueden esperar. Una de ellas es el cuidado del planeta. Si estoy agradecido a Dios por darme cosas maravillosas como mi familia ¿de qué manera le retribuyo lo que me ha dado? Creo que la mejor manera de hacerlo es preservando sus regalos. ¿Qué?, suena contradictorio, pero es así. Dios y la vida son tan buenos con nosotros que nos regalan la vida y este planeta. Y, a pesar de ser nuestros regalos, los maltratamos y descuidamos, cuando debería ser totalmente distinto.


No me pesa la mano ni se llena mi bolsillo si de guardar la basura se trata. ¿Tirar una cáscara al piso?... ¡jamás!... ¿Y un empaque de galleta?... ¡nunca!... ¿Seguro?... ¡totalmente!... Es por eso que me considero un "buen ciudadano", claro, si "buen" significa no robar, no orinar en la calle y no ensuciarla, sí lo soy. No el mejor, pero uno del montón de los buenos. Creo firmemente que una sociedad puede cambiar sus malas costumbres y dejar atrás todo aquello que lo aleja de la verdadera civilidad. Sí podemos, nada es imposible.


Josué, el compañero
Ahora, gracias al sabio encargo de nuestro profesor, paso a definirme como compañero. Y realmente le agradesco a nuestro maestro que haya especificado esa palabra "compañero" para no confundirla con "amigo", porque para eso no tendría comentarios, ni amigos de quiénes hablar. Un compañero es aquel que trabaja contigo, comparte tus ideas, perteneces a tu grupo y quien te acompaña. ¿Qué le falta a un compañero para ser un amigo? Tener confianza y afecto desinteresado. Sin duda, siempre hay un interés por tus compañeros, pues con ellos debes avanzar para alcanzar un objetivo común, en mi caso, llegar a ser profesionales. Nos reunimos en grupos para tareas, trabajos, prácticas y para prestarnos los cuadernos... mejor dicho, para que me presten su cuaderno (éste último es mi favorito). En cambio, a un amigo no le importa sacar provecho de ti, solo quiere estar contigo, escuchar tus penas, tus alegrías, tus miedos y victorias. Creo que soy un buen compañero, y que hay mucho provecho por sacar de mi, y claro, tengo mucho que aprovechar en los demás. Todos tenemos algo que nos hace únicos, una destreza que emerge y que unimos a las destreszas de nuestros compañeros para alcanzar esa meta. Ojalá y luego de eso, venga una gran amistad.


Todo esto me hace pensar en mis hermanos, en mis paisanos, en mis compatriotas, que muchas veces dicen "claro mi amigo" sin meditar en sus palabras, pero no porque no quieran serlo, sino que realmente abren los brazos a sus hermanos cuando éstos los necesitan. Agradezco nuevamente a la vida por poner en mi camino a esos hermanos que han estado en los peores momentos de mi vida, y también le agradezco por haberlos alejado de alguna u otra forma de mí. La vida es sabia, ella sabe por qué lo hizo. Lo maravilloso, es que siempre aparecen nuevos hermanos en determinados momentos de mi existencia. Sin ellos, qué hubiera sido de mi. Ésta es la cara que más me emociona y enorgullece de mi país, una cara que no me ha sido esquiva, una cara que muestra lo maravillosa que puede ser la gente en el Perú. Cálida por naturaleza, alegre por herencia, luchadora por legado, trabajadora por tradición (y necesidad), son muchos los valores que puedo rescatar de este país glorioso, que reúne grandes personas, grandes historias, y grandes bellezas. Una fauna única, una flora diversísima, unos paisajes de ensueño, un folklore envidiable, y resalto, muy envidiable por otros.


Mi País, mis hermanos
Dios y la Vida me han dado la oportunidad de viajar y conocer otras culturas de sudamérica, y luego de meditar mucho, he llegado a la conclusión de que no hay nada mejor que mi tierra, que mi ciudad tranquila, que mi Tacna nocturna y serena, que mi Perú de costa, sierra y selva. Y es que el Perú es más grande que sus problemas, y sus problemas son más pequeños que su gran gente. Transformemos el presente, forjemos el futuro, cambiemos la historia del Perú, porque "Historia no es únicamente lo que fue, sino lo que va siendo, en proyección fecundante sobre lo que será" (Jorge Basadre).